Completamente urbanizado y a un paso de su cierre del listado de campamentos se encuentra Amanecer en Viña del Mar
A un paso de dejar de ser campamento para transformarse oficialmente en un barrio del sector Santa Julia de Viña del Mar, se encuentra el asentamiento “Amanecer” gracias a las obras de urbanización ejecutadas por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu).
Estos trabajos que alcanzaron una inversión de $822 millones, contemplaron la pavimentación de las principales arterias en una extensión de casi 3,5 kilómetros, así como también la construcción de veredas, solución de aguas lluvias y la instalación de alumbrado público de bajo consumo eléctrico. Lo que forma parte de la estrategia de radicación vía urbanización, que ha desarrollado el equipo de Asentamientos Precarios del Serviu regional junto con las obras sanitarias ejecutadas en el año 2019 que permitieron la conexión de agua potable.
Tras realizar una visita técnica para la recepción de las obras, el director regional de Serviu, Rodrigo Uribe Barahona, destacó la importancia de la finalización de las faenas que darán paso al cierre del campamento. “Aquí son 58 familias beneficiadas, las que prontamente dejarán atrás la vida de campamento para formar parte de un nuevo barrio y ser propietarias de sus terrenos. Esto es el resultado de un trabajo técnico importante, que se realizó con la comunidad y el municipio pata mejorar la calidad de vida de toda una población que por años anheló vivir con dignidad. Hoy eso es una realidad, ya que estamos recepcionando las obras para entregarlas formalmente. Pronto iniciaremos las obras de mejoramiento de la plaza y en el mes de noviembre, esperamos cerrar este histórico campamento. Lo que es un hito fundamental para el equipo de Campamentos de Serviu que ha estado trabajando con las familias hace años”.
Para Audolía Muñoz Faúndez, vecina del pasaje 2 desde hace 26 años, es una alegría tener pavimento al salir de su casa. “Era puro barro, tierra, y vivíamos todos los meses, o sea, todo el año en el barro. Era incómodo y se hacían zanjas que teníamos que andar rellenando. Ahora estamos más contentos porque tenemos pavimentación, ya no es lo mismo de antes. Se ve hermoso. Ya no se puede decir que esto es campamento, sino que ya pasa a ser una población normal con urbanización, luz, agua potable y alcantarillado. Yo estoy contenta porque ya salí del barro, salí de toda esa marginalidad que teníamos”.